sábado, 29 de julio de 2023

Poema 400. A veces con alguien que amo.

Walt Whitman. Estados Unidos, 1819-1892.


A VECES CON ALGUIEN QUE AMO


A veces con alguien que amo me lleno de rabia, por miedo a que mi amor no sea correspondido;

pero ahora no creo que haya amores no correspondidos: siempre te pagan algo, de una forma u otra;

(amé a cierta persona con ardor, pero mi amor no fue correspondido;

pero con eso yo compuse estas canciones).

Poema 399. La molienda.

Nurit Kasztelan. Buenos Aires, 1982.


La molienda


Lo único que quiero

es provocar

un estado de tensión

en el que las cosas se rompan

y no haya ruido.


Funciono como las plantas,

si aspiro demasiado

me ahogo.


En México me contaron

de una mujer

a medida que molía el maíz,

su brazo iba desapareciendo.


Soy como esa mujer

que se muele a sí misma

me escribo

y desaparezco.

Poema 398. XXIV.

Lao-Tse. China, n. 571 a.C.


TAO TE KING, XXIV


En puntitas de pie no se está firme

ni con grandes zancadas se camina.

No es lo mismo brillar que darse lustre:

la basura al costado del camino.

Poema 397. (10).

Nelly González. Godoy Cruz, Mendoza, 1960.


(10)


podrán dormir las peces en camas secas?

sentirán las peces dolor al nacer?

cuánto tiempo remaremos en la arena?

en qué momento darás verdad

a los oídos que hablan en sueños?

tronan corazones de aterradas perras / dices algo

no la querías tanto mucho como a vos?

Poema 396. 37.

Roberto Juarroz. Coronel Dorrego, 1925-Temperley 1995.


37


Mientras haces cualquier cosa,

alguien está muriendo.


Mientras te lustras los zapatos,

mientras odias,

mientras le escribes una carta prolija

a tu amor único o no único.


Y aunque pudieras llegar a no hacer nada,

alguien estaría muriendo,

tratando en vano de no mirar fijo a la pared.


Y aunque te estuvieras muriendo,

alguien más estaría muriendo,

a pesar de tu legítimo deseo

de morir un minuto con exclusividad.


Por eso, si te preguntan por el mundo,

responde simplemente: alguien está muriendo.

Poema 395. Tardes de Barcelona.

Roberto Bolaño. Chile 1953-2003.


Tardes de Barcelona


En el centro del texto está la lepra

Estoy bien. Escribo

mucho. Te 

quiero mucho.

Poema 394. Fuego y hielo.

Robert Frost. Estados Unidos, 1874 - 1963.


FUEGO Y HIELO


Algunos dicen que el mundo va a acabar prendido fuego;

otros, que sepultado bajo el hielo.

Por lo que yo conozco del deseo,

también me inclinaría por el fuego.

Pero si, tras mi muerte, fuera a morir de nuevo,

por lo que pude conocer del odio,

para la destrucción también es poderoso

e igual de bueno

el hielo.

Poema 393. Si responde con monosílabos...

Franco Rivero. Tucumán, 1982.


si responde con monosílabos

hay sanción

si no responde

si no escribe

también


estar juntos y no hablar

es sanción


qué pasa


nada


otra sanción


desde el principio

hay sanción

me quiere

no me quiere

qué quiere

todo es sanción


la cagué

no la cagué

acaso me está haciendo

pisar ese palito

todo

es sanción


buscar amar es violento

sucede o no sucede


el amor no

la relación sí

se fabrica con sanciones

y ausencias


la relación siempre tiene

una pata mala

el peligro de

caerse


y por eso

resulta


y por eso parece amor

porque tiene ese mismo hábito

de comer miedo


ese hagamos la tragedia

por las dudas


ah qué sería del amor

sin su cuota de pánico

Poema 392. Problemas del subdesarrollo.

Nicolás Guillén.  Cuba, 1902-1989.


PROBLEMAS DEL SUBDESARROLLO


Monsieur Dupont te llama inculto,

porque ignoras cuál era el nieto

preferido de Víctor Hugo.


Herr Müller se ha puesto a gritar,

porque no sabes el día

(exacto) en que murió Bismark.


Tu amigo Mr. Smith,

inglés o yanqui, yo no lo sé,

se subleva cuando escribes shell.

(Parece que ahorras una ele,

y que además pronuncias chel.)


Bueno ¿y qué?

Cuando te toque a ti,

mándales decir cacarajícara,

y que donde está el Aconcagua,

y que quién era Sucre,

y que en qué lugar de este planeta

murió Martí.


Un favor:

Que te hablen siempre en español.

Poema 391. Si lloro...

Nikiforos Vrettakos. Grecia, 1912-1991.


Si lloro 

es por mí.


Sol que declinas

como una gran

rosa translùcida

(igual que si se abriera

como un capullo

la misma cumbre)

no encuentro otra manera,

en este instante,

de expresar la luz.

Poema 390. Costumbres.

Juan Gelman. Buenos Aires, 1930-México, 2014.


Costumbres


No es para quedarnos en casa que hacemos una casa

no es para quedarnos en el amor que amamos

y no morimos para morir

tenemos sed y

paciencias de animal

Poema 389. No salir de la cáscara...

Regina Guimaraes. Portugal, 1957.



No salir de la cáscara

no salir de la cama

no salir de casa

no salir de aquí


Ver lo que los poros ven

leer lo que los dedos leen

reír como las arrugas ríen

ser como los nervios son


Pensar en estado de shock

dormir en estado de guerra

hablar en estado de trance

amar en estado de sitio


Pero que no se note

Poema 388. Amo la lluvia...

Luis Gabriel Vázquez Castillo. México, 2006.


Amo la lluvia

cuando besa la tierra

siembra su aroma.

Poema 387. El sol.

Mary Oliver. EE UU. 1935-2019


El sol 


¿Viste alguna vez

en tu vida

algo 

más maravilloso? 

la forma en la que el sol

cada tarde,

tranquilo y simple,

flota en el horizonte 

entre las nubes o las colinas

o la rugosidad del mar

y se va.

Y cómo se desliza de nuevo 

fuera de la oscuridad,

cada mañana

del otro lado del mundo

como una flor roja

que asciende en sus aceites celestiales,

digo, en una mañana a comienzos del verano

a una distancia imperial perfecta, ¿sentiste alguna vez un amor tan salvaje?, ¿crees que hay en algún lugar, en cualquier idioma,

una palabra tan grandiosa

para el placer

que te colma

cuando el sol 

te alcanza,

cuando te calienta,

cuando estás ahí de pie,

con las manos vacías?, ¿o ya le diste la espalda a este mundo?, ¿o ya te volviste demasiado loco 

por el poder, 

por las cosas?

Poema 386. Lluvia.

Raymond Carver. Estados Unidos, 1938-1988.


Lluvia


Me desperté esta mañana con

unas ganas terribles de estar en la cama todo el día

y leer. Luché contra eso por un minuto.

Después miré la lluvia por la ventana.

Y cedí. Puse mi ser entero

en la fortaleza de esta mañana lluviosa.

¿Volvería a vivir mi vida otra vez?

¿Cometer los mismos errores imperdonables?

Sí, a la menor oportunidad. Sí.

Poema 385. Huesos nuevos.

Lucille Clifton. EEUU 1936-2010.


HUESOS NUEVOS


usaremos

huesos nuevos otra vez.

dejaremos atrás

estos días lluviosos,

nos escaparemos por

otra boca

hacia momentos de sol y miel.

zumban sobre nosotros mundos como abejas,

con huesos nuevos estaríamos espléndidos.

otra gente cree que sabe

cuán larga es la vida

cuán fuerte es la vida.

nosotros sabemos.

jueves, 6 de julio de 2023

Poema 384. Trece maneras de mirar un mirlo.

Wallace Stevens. Estados Unidos, 1879-1955.


Trece maneras de mirar un mirlo (fragmento). 

 

I


Entre veinte montañas de nieve,

La única cosa que se movía

Era el ojo del mirlo.


V


No sé qué preferir,

La belleza de los acentos

O la belleza de las insinuaciones,

El mirlo silbando

O el instante después.


VI


El hielo ocupó la gran ventana

Con su vidrio bárbaro.

La sombra del mirlo

Lo atravesaba, una y otra vez.

El ánimo

Trazaba en la sombra

Una razón indescifrable.


VIII


Conozco tonos ilustres

Y ritmos lúcidos, ineludibles;

Pero conozco, también,

Que el mirlo pertenece

A lo que conozco.


XIII


Fue de noche toda la tarde.

Nevaba,

Iba a seguir nevando.

El mirlo se posó

En el cedro, en lo más alto.

miércoles, 5 de julio de 2023

Poema 383. Once maneras de contemplar un cisne.

Marcelo Díaz. Bahía Blanca, 1965.


ONCE MANERAS DE CONTEMPLAR UN CISNE (fragmento)



Gruesas hojas de acelga, bajo esta luz,

y geranios blancos en el lomo del cisne

y geranios rojos en el cantero, bajo el tendal

que ahora, ya cercano el mediodía exhibe

sábanas blancas y sábanas azules. 


II 


Un cisne de cemento nunca es blanco.

Se advierte, al acercarse, impureza en su textura,

piedras que el tiempo ha dejado a la vista,

grumos de arena, ademanes torpes

en su hipotético andar. 


III 


Un cisne de cemento duerme

en el ocre de unos caños de desagüe,

entre hojas de acelga y ramos

de perejil que alternan

con un verde más claro, 

y el violeta, difuso,

en la mata de lavanda. 


IV 


Sus alas de cemento le impiden caminar.



Su signo es la carencia de mesura

y utilidad. Quince kilos de hierro

y plumaje de piedra

invertidos en cuatro geranios blancos.


VI 


Bajo la lluvia, el dócil

encorvarse

de las varas de nardos,

naranjas 

y blancos.

Y la silueta imperturbable

del cisne de cemento. 


VII 


No cantan cuando mueren.

Cuanto más, acaban confundidos

con la maleza

o bien en una pila

de hierros oxidados.

domingo, 2 de julio de 2023

Poema 382. Segunda vez.

Cristina Peri Rossi.  Montevideo, 1941.


Segunda vez


En el acto ingenuo

de tropezar dos veces

con la misma piedra

algunos perciben

tozudez.

Yo me limito a comprobar

la persistencia de las piedras

el hecho insólito

de que permanezcan en el mismo lugar

después de haber herido a alguien.

Poema 381. Consolaciones.

Melina Alexia Varnavoglou. Villa Ballester, Bs As, 1992.


consolaciones 


"siempre tengo una mano lánguida y caída

para que alguien baje de su gloria y la bese"

Juana Bignozzi


La gente pregunta

¿Cómo? ¿A vos? ¿Él a vos? ¿en serio?

y me hacen sentir un error

en la secuencia de lo esperable

un trofeo cayéndose de las manos del ganador

un crimen contra la belleza que yo vengo a representar

y finjo que me consuelan

pero en el fondo no para de molestarme

¿piensan que no puedo ser oscura?

¿que este cuerpo produce más placer qué demonios?

¿que mi amor no es capaz de arruinarlo todo?

Permítanme el derecho al desastre:

Yo no soy hermosa

No soy buena

Ni inteligente

Soy una chica luchando contra su corazón

interponiendo su corazón

al corazón de los hombres

como un escudo vano

pocas veces resulta

dura poco tiempo

y vista desde afuera

es aburrida la batalla.