Laura Forchetti. Coronel Dorrego, 1964.
15.
se demora
al hilo de la luz
en la hebra
que teje
como si fuera
la belleza del mundo
su trabajo
Artefacto poético de Shirley Temperley. Un poema llega cada día a tu WhatsApp. En este blog, la recopilación de esos envíos.
Laura Forchetti. Coronel Dorrego, 1964.
15.
se demora
al hilo de la luz
en la hebra
que teje
como si fuera
la belleza del mundo
su trabajo
Cristian Aliaga. Bs As. 1962-2024.
QEPD, Maestro.
No entender
Estuve años
muy explicado, turbio.
Luché con eso
la explicación es mi ruina
y la de los otros.
Quiero viajar ahí sin
palabra:
prometo no entender,
ni llegar antes.
Graciela Cros. Buenos Aires, 1945.
NO VAS A SACAR MÁS NADA DE AHÍ, ESE POZO ESTÁ SECO
Para esperarte,
mi amor,
estoy aquí
pintada como una puerta (diría mi madre),
perfumada, encremada, lijada, pulida,
lustrada, barnizada, esmaltada, bruñida,
tersa, satinada, esmerilada,
radiante, chispeante, centelleante,
resplandeciente, brillante,
diamantina, vivaz, irisada, reluciente,
acicalada
hasta
el hartazgo,
estoy aquí
para ver cómo entrás de la calle
y vas rápido a ducharte
y sacarte de encima
mi amor,
ese olor que traés,
ese rotundo y claro
olor.
José Sbarra. Buenos Aires 1950-1996.
Alguien pronuncia mi nombre
la grúa detiene su acción devastadora
alguien pronuncia mi nombre
los obreros se quitan los cascos y abandonan su tarea
alguien pronuncia mi nombre
soy una demolición en suspenso.
Dárgelos (Adrián Rodríguez). Lanús, 1969.
Memoria de un hijo
I
después de esperar dentro de un auto cerrado,
en atardeceres sin contraste,
muchas veces, durante la década del sesenta,
por esos lugares sin nombre
que existen dispersos por los fondos de Lanús.
Aguardando
siempre
que regrese mi padre.
II
¿Qué define a una familia?
Un montón
de rencores por ajustar.
¿Cuál es la fuerza que los atrae?
A largo plazo,
la supervivencia del menos talentoso.
A corto plazo,
un stock de placeres por explotar.
Danusha Laméris. Estados Unidos, 1971.
Pequeñas bondades
He estado pensando en la manera en la que, cuando
vas por un pasillo lleno, la gente se hace a un lado
para que pases. O en cómo gente que no se conoce exclama “¡Salud!”
cuando alguien estornuda, reminiscencias
de la peste bubónica. “No mueras”, le estamos deseando.
Y a veces, cuando se caen los limones
de la bolsa de la compra, siempre hay alguien ayudándote
a recogerlos. En general no queremos hacernos daño.
Queremos que nos den el café caliente,
y se lo agradecemos a quien lo hace. Sonreír
y que nos sonrían. Que la mesera
nos diga linda cuando nos sirve el plato de sopa
y que el chofer de la camioneta roja nos deje pasar.
Tenemos ya tan poco uno del otro. Lejos
de la tribu y la hoguera. Sólo estos breves momentos de intercambio.
¿Y si estos templos fugaces que construimos
al decir “Tome mi lugar”, “Pase usted primero”,
“Me gusta su sombrero” son la verdadera morada de lo sagrado?
Nicanor Parra. Chile, 1924-2018.
Último Brindis
Lo queramos o no
Sólo tenemos tres alternativas:
El ayer, el presente y el mañana.
Y ni siquiera tres
Porque como dice el filósofo
El ayer es ayer
Nos pertenece sólo en el recuerdo:
A la rosa que ya se deshojó
No se le puede sacar otro pétalo.
Las cartas por jugar
Son solamente dos:
El presente y el día de mañana.
Y ni siquiera dos
Porque es un hecho bien establecido
Que el presente no existe
Sino en la medida en que se hace pasado
Y ya pasó…,
como la juventud.
En resumidas cuentas
Sólo nos va quedando el mañana:
Yo levanto mi copa
Por ese día que no llega nunca
Pero que es lo único
De lo que realmente disponemos.
Denise Levertov. Inglaterra 1923 - Estados Unidos 1997.
Vivo
El fuego en las hojas y la hierba
Parece tan verde
Cada verano el último verano.
El viento que sopla, las hojas
temblando bajo el sol,
Cada día el último día.
Una salamandra roja
Tan fría y tan
Fácil de atrapar, soñadora
mueve sus pies delicados
y larga cola. Sostengo
mi mano abierta para que se vaya.
Cada minuto el último minuto.
Edith Södergran. Rusia, 1892-1923.
Buscabas una flor
y hallaste un fruto.
Buscabas una fuente
y hallaste un mar.
Buscabas una mujer
y hallaste un alma:
estás decepcionado.
Liliana Campazzo. Buenos Aires, 1959.
Cose un pajarito una hebra
arma su nido
desde mi mesa de escribir
lo veo
¿podrá mi mano torpe tejer un nido
colgar un verso
que abrigue?
Rosabetty Muñoz. Chiloé, 1960.
Zona de sombras
Agigantada la sombra de la bestia
se repite una y otra vez sobre los muros.
Su aliento apaga la vela de la sala
y sombrea los rostros
hasta ayer, de fiesta.