viernes, 30 de junio de 2023

Poema 380. Kiplingada.

José Sbarra. Buenos Aires, 1950-1996.


KIPLINGADA 

-poster - 


-Si eres capaz de mantenerte calmo ante los policías que arrastran a un joven manifestante. 

-Si puedes impedir que tu corazón manche de rojo las paredes de tu cuarto. 

-Si puedes mirar por TV mientras tomas un martini la marcha obsesiva y circular de esas mujeres. 

-Si puedes soñar pero le tomas medidas y le pones límites a tu sueño. 

-Si eres equilibrado como para entender que una despedida es un hecho tan natural como un encuentro. 

-Si sientes que no te contamina toda la mierda que te rodea.

-Si después de perder al ser que más querías consigues rehacerte en quince segundos y volverte a enamorar en el segundo siguiente, entonces... 

Eres un verdadero monstruo, hijo mío. Tuya es la tierra y lo que hay en ella.

Poema 379. Razones del pelo largo y suelto.

Pamela Romano. Bolivia, 1984.


razones del pelo largo y suelto


por lo demás

se rastrean migajas en la mesa después de la cena:

hubo

buen apetito y postre —y no es por nada y no es

suficiente: que te vayas prevenido te digo / esa señora

ha sacado de las mechas a su hija después del berrinche

el performance de la noche —grandioso— indicio del fin

en este local que cerrarán pronto / y yo no sé nada / no me importa


pagar esa fabulosa cuenta después de los cubiertos recogidos

a manera de señal (posiblemente

ahora los enjuagan y no hay mayor problema: cita apenas —el que refriega

a Clarke: spoon and fork):

es que afuera no hay nadie

que pague ni siquiera por un dulce / y saber que después de todo

tuvo algo lo nuestro en el rincón de esta mesa: escribir como si se jalara

hasta dar con la calvicie cuando se es la madre y la hija (mal parida)

a la vez

muy mal parida

a carbón o a pluma o a tiza se es a la vez —pataleando: interesante


espectáculo que siempre resulta eficaz para salir airosos

digamos satisfechos —escribiendo o ese berrinche— sin pagar ni un centavo:

aquel proverbio tropical muy sabio que decía (música de fondo): si del cielo


caen limones _______________ aprende a hacer limonada

un regalo pérfido que no deja de ser —añado discretamente a tu oreja


agrio

miércoles, 28 de junio de 2023

Poema 378. Entonces.

Alberto Szpunberg. Buenos Aires, 1940-2020.


Entonces

 

Nadie sabrá de la noche como nosotros

y acaso ni siquiera nosotros,

quizá nadie,

pero estará de más cerrar los ojos

y el viento volará más arriba

de nosotros, de las casas, de los árboles.

 

Escucha el viento:

como si el viento fuera nosotros nosotros nosotros,

por encima de nosotros, en el aire.

Poema 377. Perro.

 Laura Yasán. Buenos Aires, 1960-2021.


perro


juro

con mi robusta voluntad

con lo más negro de la loba

sobre los fierros torcidos de mi columna


mantener


con vida los candados de tu recuerdo

sogas al infinito

lugar por el que nunca

volverás a pasar

sábado, 24 de junio de 2023

Poema 376. Calandria de calandrias.

Denise Levertov. Inglaterra, 1923 - EEUU, 1997.


Calandria de calandrias


Un pájaro grisáceo 

del tamaño de los gorriones más o menos, 

caído en algún campo,

desintegrándose de prisa, 

un amasijo 

de plumas secas: 

y nadie sabe 

que entre los suyos era un príncipe,

el más virtuoso, dueño 

de miles de canciones; 

elegante, inventivo, fantasioso, 

rival del ruiseñor.

Poema 375. No hay nada más espiritual...

Vicente Luy. Córdoba, 1961-Salta, 2012.


No hay nada + espiritual que el dinero.

Poema 374. Digo tu nombre al viento...

Jorge Mario Varlotta Levrero. Montevideo, 1940-2004.


Digo tu nombre al viento

y el viento me llena los ojos de tierra

digo tu nombre al río

y el río pasa de largo

digo tu nombre entonces

a una canasta llena de huevos

digo tu nombre entonces a un semáforo

digo tu nombre, en fin, a muchas cosas

pero ninguna de estas acciones representa para mí

alguna ventaja apreciable y todo eso me parece

insensato

y en lugar de seguir diciendo tu nombre

salgo puerta por puerta con un portafolios

a vender enciclopedias

y me hago millonario

y después me muero

como todo el mundo

Poema 373. Pueda mi corazón estar abierto...

E.E. Cummings. EE UU, 1894-1962. 


pueda mi corazón estar abierto siempre a los pequeños 

pájaros que son los secretos de la vida 

sea lo que sea lo que canten supera al conocimiento 

y si el hombre cesa de escucharlos se ha hecho viejo 


pueda mi mente pasear hambrienta 

y envalentonada y sedienta y maleable 

pueda incluso equivocarse en domingo 

para cuando el hombre comprende ya no es joven 


y pueda yo mismo no hacer nada útil 

y amarte mucho más que de verdad 

no ha habido nadie tan loco que errara 

volcándose el cielo con una sonrisa.

Poema 372. Amor & champiñones.

Katherine Mansfield. Nueva Zelanda, 1888-Francia, 1923.


Amor & Champiñones


Ojalá se pudiera distinguir el amor verdadero del falso como se distinguen los champiñones de los hongos venenosos. En el caso de los champiñones, la cosa es muy simple: hay que salarlos bien, reservarlos y tener paciencia. Pero, en el caso del amor, apenas encontramos algo que se le parece en lo más mínimo, nos convencemos por completo no solo de que es un espécimen auténtico, sino quizás el único que se ha quedado sin recolectar. Hace falta, cruzarse con una enorme cantidad de hongos venenosos para comprender que la vida no es un champiñón interminable.

Poema 371. Cigarrillos, whiskey y mujeres salvajes.

Anne Sexton. EEUU, 1928-1974


Cigarrillos, whiskey y mujeres salvajes.


Quizá nací de rodillas,

Nací tosiendo en el largo invierno,

Nací esperando el beso de la misericordia,

Nací con una pasión por la rapidez

Y aún así, al ir progresando las cosas,

Aprendí temprano sobre la estocada

O sacarla, el vapor del enema.

A los dos o tres aprendí a no arrodillarme,

A no esperar, a plantar mis fuegos bajo tierra

Donde a nadie más que las muñecas, perfectas y terribles,

Se puede susurrar y dejar morir.

-

Ahora que he escrito tantas palabras,

Y dejado tantos amores, para tantos,

Y he sido completamente lo que siempre fui –

Una mujer de excesos, de celos y codicia,

El esfuerzo me parece inútil.

¿Acaso no me miro al espejo,

Estos días,

Y veo una rata borracha voltear la vista?

¿Acaso no siento un hambre tan aguda

Que preferiría morir antes

Que mirarla a la cara?

Me arrodilló nuevamente

En caso de que la misericordia llegue

En el último minuto.

Poema 370. He visto poemas salvar vidas...

Eduardo Milán. Uruguay, 1952.


He visto poemas salvar vidas

sin que lo supieran

ni los poemas

ni las vidas.

No digo prolongar vidas:

salvarlas,

sacarlas de allí de la tiniebla inminente.

Los he visto hacer lo que no sabían que sabían

o al menos eso creo: que no sabían que sabían

salvar vidas.

Y vi esas vidas sin saber que se salvaban.

Y las he visto sin que me vieran.

Poema 369. Pensar y no preocuparse.

María Zambrano. España, 1904-1991


Pensar y no preocuparse.

Actuar sin decidir.

Seguir y no perseguir.

Reposar sin detenerse.


Ofrecer sin calcular.

No aferrarse a la esperanza.

No detenerse en la espera.

Escuchar sin casi hablar.


Respirar en el silencio.

Dejarse quieto flotar.

Perderse yendo hacia el centro.

Hundirse sin respirar.


Cruzar sin mirar fronteras.

Dejar límites atrás.

Recogerse. Abandonarse.

Solo dejarse guiar.


Ser criatura tan solo,

no haber de sacrificar.

Más allá del sacrificio*,

cumplida la voluntad,


sin designio ni proyecto,

sin sombra, espejo ni imagen.

Alga en la corriente lenta.

Alga de vida no más.


Hijo. Criatura. Amante.

Alga de amor. Ya no más.

Lejos de toda ribera.

Por el corazón del agua; ya.


Pensar y no preocuparse,

martes, 13 de junio de 2023

Poema 368. Junto un ramo de flores secas...

Roberta Iannamico. Bahía Blanca, 1972.


junto un ramo de flores secas

para mi madre

todos los colores

que la naturaleza puso en este momento

en este lugar

los agarro en una mano

otoño

hijas y madres

se dan ofrendas.

lunes, 12 de junio de 2023

Poema 367. De pronto ya no me parece...

Adrienne Rich. EEUU 1929-2012.


De pronto ya no me parece

viable este mundo:

tú estás ahí fuera quemando las cosechas

con un nuevo sublimado

Esta mañana dejaste el lecho

que aún compartimos

y saliste a esparcir impotencia

por el mundo


Te odio.

Odio la máscara que llevas, tus ojos

que fingen una profundidad

que no poseen, que me arrastran

hasta el antro de tu cráneo

el paisaje de osamenta

odio tus palabras

me hacen pensar en falsos

bonos revolucionarios

crujiente imitación de pergaminos

en venta en los campos de batalla.


Anoche, en este cuarto, llorando

te pregunté: ¿Qué sientes tú?

¿Sientes algo?


Ahora, en la contorsión de tu cuerpo,

mientras defolias los campos que nos sustentaban

tengo tu respuesta.

Poema 366. Le llamo poesía, le llamamos...

Liliana Bodoc. Santa Fe, 1958-Mendoza 2018.


Le llamo poesía, le llamamos,

a la aplomada hilera de ladrillos, 

a la sopa fragante,

al cuaderno de puntas estropeadas.

Le llamo, le llamamos, poesía

a la espalda doblada de los viejos

transformados en signo de pregunta.

No importa si nos sobra el decasílabo

o si nos falta la rima.

Le llamamos estrofa

a todo lo que canta.

Le llamamos metáfora

al sudor,

a la nuca dolida,

al día que demora,

a los huesos de Carlos Fuentealba.

Nosotros, que tendemos las palabras al sol,

como la ropa blanca,

llamamos poesía al día que nos toca.

Nos hacemos poetas

entre ayer y mañana.

Poema 365. Yo digo si algo en la vida tuviera algún sentido...

Juana Bignozzi. Buenos Aires, 1937-2015.


Yo digo si algo en la vida tuviera algún sentido tendría 

tu nombre

nosotras mujeres de cierto orden con ideas precisas con

ninguna idea

que nos sirven para vivir para no gritar

con amigos que dicen el amor por la gente

con recuerdos de magnolias en la quinta

el gran amor me digo

señalo con un dedo los dibujitos en la pared

la planta que en mi casa da flores de un día

señalo mi juego, este último de aburrirme

repito algunas cosas ingeniosas,

el gran amor las cartas los poemas el olor del verano

el gran amor

que nadie se sonría todavía.

Poema 364. Llueve...

Vicente Luy. Córdoba, 1961-Salta, 2012.


Llueve, y alguien está diciendo «llueve». Si me equivoco

contradíganme con amor, porque con amor digo.

Si erro pónganme maestros, que luego yo les enseño,

porque con amor hago.

O ustedes, ¿por qué creen que llueve; porque hace falta?

¿creen que llueve porque sí? ¿Por qué carajo creen que llueve?

Llueve; y no sólo eso; la verdad es que hay un montón

de gente diciendo «llueve».

De a uno empiezan a notarlo, y no lo pueden evitar,

simplemente dicen «llueve».

Porque llueve.

Si me equivoco contradíganme con amor, porque

con amor digo.

Poema 363. Quiero escribir sobre el cuidado...

Jimmy Liao. Taiwán, 1958.


Quiero escribir sobre el cuidado, no de ese que se receta, no de ese que supone un lugar previo al cual llegar, no de ese que se supone saludable, no del que repara lo frágil sino de aquel que acaricia para armar un borde cuando se necesita.


Agarrarte la patita rosada para que el suero corra y te alivie

Acompañarte en lo que puedas y en lo que pueda

Escucharte hablar de tu muerte y entender que tenés miedo

Como yo

Como nosotrxs 

Hacer fuerza para que ningún día sea una condena sino un ejercicio activo y vital 

Que lo vital no se trate de lo que se debe sino de lo que se puede y se quiere

Una pausa en el mar para soportar la tormenta de hoy

Abrazar a alguien y ayudarle a respirar, no hay nada más feo que creerse morir de angustia 

Que alguien me abrace, cuando la angustia te hace creer la muerte

Restituir el cuidar, a mi también me cuidan 

Que el cuidar no se demande ni exija 

que se desee

Preguntar como están y soportar también el silencio

Acariciar lo frágil tan suave para que no se rompa ni se arregle, a veces lo quebrado es la potencia de lo posible

Hacer una ronda de nuestros días, mezclar las palabras hasta que perdamos nuestro idioma 

Recordarnos que la precariedad de los días precariza la vida, vulnera la existencia, la empuja hacia la soledad abismal

Cuidar: una forma a contrapelo que contrarreste tanta crueldad.

Poema 362. Cosas simples.

Alberto Szpunberg. Buenos Aires, 1940-2020.


Cosas simples

 

Un día de calor en pleno otoño es anuncio de lluvia:

se engañan las hojas que aún quedan

pero no los pájaros que temprano se fueron lejos;

los recuerdos se saben todos los caminos,

por eso vienen desde lejos

y huelen como a tierra, se juntan, se van, siempre se quedan.

El hombre, que está cerca y está lejos,

sabe que es otoño y ha vivido,

en las tardes de otoño mira la calle

y aunque un día de calor en pleno otoño fume menos

igual está llena de humo su habitación.

En Buenos Aires no son raros estos cambios de tiempo:

el olor a lluvia, que es olor a tierra, se huele a lo lejos

y todo como siempre, de la manera más común.

Poema 361. LB-0127.

 Poema 361

Louise Bourgeois. Francia, 1911-Nueva York, 2010.


LB-0127 (c. 1958)


El análisis       es una estafa

                        es una trampa

                        es un trabajo

                        es un privilegio

                        es un lujo

                        es un deber

                        es  un deber hacia mí misma

                        mi marido                     mis padres

                        mis hijos                       mi

                        es una vergüenza

                        es una farsa

                        es un amorío

                        es una cita

                        es un juego del gato y el ratón

                        es un bote que timonear

                        es un encarcelamiento

                        es un chiste

                        me vuelve impotente

                        me convierte en policía

                        es un mal sueño

                        es de mi interés

                        es mi campo de estudio

                        es más de lo que puedo manejar

                        me pone furiosa

                        es un plomo

                        es un incordio

                        es un dolor de cabeza

Poema 360. Significado.

Susana Thénon. Buenos Aires, 1935-1991.


Significado

 

Sabes,

no sabes,

sabes.

 

No, no sabes.

No sabes.

Me hiciste creer que sabes.

 

Pero no.

No.

No, yo también.

 

Tampoco sabemos.

 

domingo, 4 de junio de 2023

Poema 359. La ruta de piedras y pozos...

Liliana Campazzo. Bs. As., 1959.


La ruta de piedras y pozos

se parece a la vida

dura tosca

levanta polvareda

como cuando una

sin más razón

que la tristeza 

pega un grito.

Poema 358. Y he aquí que se oyó...

Martín Sebastián Pérez. Córdoba, 1974.


Y he aquí que se oyó 

una voz que decía:

salve María, llena eres

de Gracia.

El resto ya lo sabes

ángeles

espíritus

niñas vírgenes asomando las manos

por caracoles

suavecitas tentaciones

aplastando caras contra la mesa.

Poema 357. No dejes que te impresionen las estrellas...

José Sbarra. Bs. As., 1950-1996.


No dejes que te impresionen las estrellas

que quizás estén todas muertas.

No te dejes corroer por las canciones añejas

Duerme y nada más.

Esta noche, duerme

Mañana una muchedumbre de arcoiris

con lo que haya quedado vivo, ya conoces el mecanismo

te fabricarán una sonrisa nueva.


Ahora duerme y nada más,

esta noche, duerme.

No te castigues con la luna,

ese transatlántico indiferente,

este silencio pasará

volverán las palabras como pájaros,

como veranos, como soles

volverán las palabras

y alguien dirá tu nombre.

Esta noche, duerme,

echa el ancla y duerme,

duerme.


Que por unas horas oscuras nada te hiera.

No llores, no implores, respira y duerme

concéntrate en la respiración

y acaríciate un hombro,

amate un poco y duerme

esta noche duerme.


Mañana tendrás la oportunidad,

flamante y renovada de volverte a equivocar.