sábado, 2 de diciembre de 2023

Poema 489. Parto.

Martina Cruz. Temperley, 1997.


Parto


Ayer entendí

que cuando digo

extraño a mi viejo muerto

estoy diciendo

extraño al tipo que le escupió en la cara a mi mamá.

Me pregunto si esto nos está pasando a todas

descubrir a nuestros padres

siendo nuestros padres

y descubrirnos a nosotras

siendo nuestras madres

ser donde cayó la mano equivocada, la rotura, la medusa en la garganta

o el aliento en la nuca.

Creo que me estoy pariendo de nuevo

y mis amigas son las parteras

ya no me pregunto de qué lado va a caer la ola

ni donde la sal está ardiendo

lo supe mirando las manos de mi abuela

porque se parecían a las de las nenas

en esa marcha

en la que yo pensaba

avergonzada

no puedo dejar de extrañarlo

tengo algo roto en algún lado

una grieta que me negué a habitar

un espasmo violento

ayer fui el mar cuando se encoge

cuando chupa

cuando se re piensa

entendí que necesitaba escribir

no para salvarme

(el poema no salva por definición no por elección)

si no para darme el espacio

y hablar sobre el hueco

no sin sentido trágico

que se arma en la comisura de la boca de mi vieja

cuando se levanta del suelo

porque ahora

que nos empezamos a despojar de la estructura

ese residuo duradero

descubro

que yo ya no quiero escribir un poema para los falsos aliados

ni para mi viejo

o los amigos que se alejaron.

Este es un poema para mi mamá

y es más bien,

una disculpa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario