jueves, 20 de junio de 2024

Poema 638. El mundo es un lugar hermoso.

Lawrence Ferlinghetti. Estados Unidos 1919-2021.


El mundo es un lugar hermoso


El mundo es un lugar hermoso

para nacer

si no les importa a ustedes que la felicidad

no siempre sea

tan divertida

si no te importa un toque de infierno

de vez en cuando

justo cuando todo está bien

porque ni siquiera en el paraíso

cantan

todo el tiempo


El mundo es un lugar hermoso

para nacer

si a ustedes no les importa que algunos mueran

todo el tiempo

o quizá solo se mueran de hambre

algunas veces

que no está tan mal

si no son ustedes


Oh el mundo es un lugar hermoso

para nacer

si no te importan tanto

unas cuantas mentes muertas

en los altos cargos

o una bomba o dos

de vez en cuando

en sus rostros que observan el cielo

o algunas otras indecencias

presas de

nuestra sociedad Marca Registrada

con sus hombres de distinción

y sus hombres de extinción

y sus sacerdotes

y otros vigilantes

y sus diversas segregaciones

e investigaciones del congreso

y otras constipaciones

que heredó

nuestra tonta carne

Sí el mundo es el mejor de los lugares

para muchas cosas como

hacer la escena de la diversión

y hacer la escena del amor

y hacer la escena de la tristeza

y cantar canciones en voz baja y recobrar el aliento

y andar por ahí

observar todo

y percibir el aroma de las flores

y tocarle el culo a las estatuas

e incluso pensar

y besar gente y

hacer bebés y usar pantalones

y ondear sombreros y

bailar

e ir a nadar en los ríos

en días de campo

en pleno verano

y generalmente

«disfrutar la vida»


pero justo a la mitad de todo

llega sonriente el


agente funerario

Poema 637. Cigarrillos, whisky y mujeres salvajes.

Anne Sexton. Estados Unidos, 1928-1974.


Cigarrillos, whisky y mujeres salvajes.


Quizá nací de rodillas,

Nací tosiendo en el largo invierno,

Nací esperando el beso de la misericordia,

Nací con una pasión por la rapidez

Y aún así, al ir progresando las cosas,

Aprendí temprano sobre la estocada

O sacarla, el vapor del enema.

A los dos o tres aprendí a no arrodillarme,

A no esperar, a plantar mis fuegos bajo tierra

Donde a nadie más que las muñecas, perfectas y terribles,

Se puede susurrar y dejar morir.

-

Ahora que he escrito tantas palabras,

Y dejado tantos amores, para tantos,

Y he sido completamente lo que siempre fui –

Una mujer de excesos, de celos y codicia,

El esfuerzo me parece inútil.

¿Acaso no me miro al espejo,

Estos días,

Y veo una rata borracha voltear la vista?

¿Acaso no siento un hambre tan aguda

Que preferiría morir antes

Que mirarla a la cara?

Me arrodilló nuevamente

En caso de que la misericordia llegue

En el último minuto.

Poema 363. En este mismo instante...

José Agustín Goytisolo. España, 1928-1999.


En este mismo instante...


En este mismo instante

hay un hombre que sufre,

un hombre torturado

tan sólo por amar

la libertad. Ignoro

dónde vive, qué lengua

habla, de qué color

tiene la piel, cómo

se llama, pero

en este mismo instante,

cuando tus ojos leen

mi pequeño poema,

ese hombre existe, grita,

se puede oír su llanto

de animal acosado,

mientras muerde sus labios

para no denunciar

a los amigos. ¿Oyes?

Un hombre solo

grita maniatado, existe

en algún sitio. ¿He dicho solo?

¿No sientes, como yo,

el dolor de su cuerpo

repetido en el tuyo?

¿No te mana la sangre

bajo los golpes ciegos?

Nadie está solo. Ahora,

en este mismo instante,

también a ti y a mí

nos tienen maniatados.

Poema 635. Orquídeas en el supermercado.

Graciela Cros. Carlos Casares, 1945.


Orquídeas en el supermercado


Entonces te vi, como en una película francesa, de lejos,

comprando orquídeas en el supermercado.


Te vi de lejos y con más claridad que nunca.


Sentí cómo algo que estaba quieto

otra vez se movía en mi pecho.


Las orquídeas no merecen estar

entre latas de arvejas y paquetes de arroz.

Sin embargo ahí están.

Y gente como vos las compra para alguien

que, lamento decirlo, no soy yo.


Ahora me pregunto

si me siento pariente de esta orquídea de supermercado

por eso de no estar donde debiera

o todo es un efecto engañoso de película francesa.

Poema 634. El poema que no escribí.

Raymond Carver. Estados Unidos, 1938-1988.


El poema que no escribí


Aquí está el poema que iba a escribir

antes, pero que dejé

porque te levantabas.

Estaba pensando otra vez

en aquella primera mañana en Zúrich.

Nos levantamos antes del amanecer.

Durante un instante no sabíamos dónde estábamos.

Salimos al balcón que daba

al río y a la parte vieja de la ciudad.

Allí estábamos, sin más, callados.

Desnudos. Viendo cómo se aclaraba el cielo.

Tan conmovidos y tan felices. Como si

nos hubieran colocado allí

justo en aquel momento.

Poema 633. Esperas que desaparezca la angustia...

Roberto Bolaño. Chile, 1953-2003.


Esperas que desaparezca la angustia

Mientras llueve sobre la extraña carretera

En donde te encuentras


Lluvia: sólo espero

Que desaparezca la angustia

Estoy poniéndolo todo de mi parte

Poema 632. Acta.

Roque Dalton. El Salvador, 1935 - 1975.


Acta


En nombre de quienes lavan ropa ajena

(y expulsan de la blancura la mugre ajena).

En nombre de quienes cuidan hijos ajenos

(y venden su fuerza de trabajo

en forma de amor maternal y humillaciones).

En nombre de quienes habitan en vivienda ajena

(que ya no es vientre amable sino una tumba o cárcel).

En nombre de quienes comen mendrugos ajenos

(y aún los mastican con sentimiento de ladrón).

En nombre de quienes viven en un país ajeno

(las casas y las fábricas y los comercios

y las calles y las ciudades y los pueblos

y los ríos y los lagos y los volcanes y los montes

son siempre de otros

y por eso está allí la policía y la guardia

cuidándolos contra nosotros).

En nombre de quienes lo único que tienen

es hambre, explotación, enfermedades,

sed de justicia y de agua,

persecuciones, condenas,

soledad, abandono, opresión, muerte.

Yo acuso a la propiedad privada

de privarnos de todo.

Poema 631. Atravesé la mitad de China para dormir contigo.

YuXiuhua 余秀华. Zhongxiang, Hubei, China, 1976.


ATRAVESÉ LA MITAD DE CHINA PARA DORMIR CONTIGO

穿过大半个中国去睡你


No importa. Es lo mismo dormir contigo o que tú me duermas.

Nada más que la fuerza de dos cuerpos en colisión, nada más

que una flor empujada a florecer por esta fuerza,

nada más que primaveras en flor para engañarnos

y hacernos creer en los comienzos de la vida.

En la mayor parte de China están sucediendo cosas:

volcanes en erupción, ríos secándose.

Hay presos políticos y trabajadores migrantes que nada importan,

alces y grullas de corona roja baleados hasta el fin.

Cruzo entre disparos y lluvias de balas para dormir contigo.

Pongo todas mis noches en un amanecer contigo.

Reúno a los que habitan en mí para dormir contigo.

Por supuesto, algunas mariposas me pueden desviar de la ruta,

confundir alabanzas con primaveras,

confundir muchas villas con Hengdian, mi hogar.

Pero todas estas son razones para que quiera dormir contigo.

Poema 630. En enero.

Ted Kooser. Estados Unidos, 1939.


En enero


Sólo una celda en la helada colmena de la noche

está iluminada, o eso nos parece:

este café vietnamita, con su luz grasienta,

sus olores, cuyas vistosas formas son como flores.

Riendo y hablando, el tictac de los palillos.

Más allá del cristal, la ciudad invernal

cruje como un viejo puente de madera.

Un gran viento sopla debajo de todos nosotros.

Cuanto más grande la ventana, más tiembla.

Poema 629. Hoy he sido una niña obediente...

Cristina Peri Rossi. Uruguay,  1941.


Hoy he sido una niña obediente

(una niña obediente de más de cuarenta años)

he seguido los consejos

del manual de desintoxicación

no he exigido mi dosis

no te he llamado por teléfono

ni siquiera he discado tu número para escuchar tu voz

y rebajar mi ansiedad

no te he escrito la vigésima carta sin respuesta

(ni siquiera la he enviado)

no he mirado tu fotografía

ni los mensajes de móvil archivados

no he hablado de vos con nadie

he dormido y no soné contigo

he hecho los deberes

he ido al mercado

hablé con el vendedor

una sesuda conversación

acerca del precio de los tomates

que suben por la huelga de los camioneros

o por la huelga de la lluvia

le abrí la puerta del ascensor a una anciana,

un poco más anciana que yo

limpié la casa

quité el polvo de los muebles

y contesté un par de emails


Ahora, doctor, a las doce de la noche,

después de haber sido una niña obediente,

¿me puede decir qué hago?


Tómese una pastilla para dormir,

dirá el médico.


¿De modo que estoy haciendo una cura de desintoxicación

amorosa

para pasarme de los orgasmos a los somníferos?

Qué civilización estamos construyendo.

Poema 628. Las cosas.

Roberta Iannamico. Bahía Blanca, 1972.


Las cosas


Siempre con las cosas

la ropa

los platos

los huevos duros

el agua de la canilla

los juguetes tirados

lo caliente

lo frío

lo suave 

lo pesado

las cosas que entran

en una mano

eso es lo que tengo

para armar un mundo.

Poema 627. El análisis es una estafa...

Louise Bourgeois. Francia, 1911-2010.


El análisis       es una estafa

                        es una trampa

                        es un trabajo

                        es un privilegio

                        es un lujo

                        es un deber

                        es  un deber hacia mí misma

                        mi marido                     mis padres

                        mis hijos                       mi

                        es una vergüenza

                        es una farsa

                        es un amorío

                        es una cita

                        es un juego del gato y el ratón

                        es un bote que timonear

                        es un encarcelamiento

                        es un chiste

                        me vuelve impotente

                        me convierte en policía

                        es un mal sueño

                        es de mi interés

                        es mi campo de estudio

                        es más de lo que puedo manejar

                        me pone furiosa

                        es un plomo

                        es un incordio

                        es un dolor de cabeza

Poema 626. Veo que las nubes...

Daniela Mishima. Quilmes, 1979.


Veo que las nubes tienen cierto brillo hoy. Veo que donde cantan las alondras crecen más vigorosas las hojas de los tilos. 

Siento que, quién sabe desde dónde, mi padre, hoy, está usando mis ojos.