Ted Kooser. Estados Unidos, 1939.
En enero
Sólo una celda en la helada colmena de la noche
está iluminada, o eso nos parece:
este café vietnamita, con su luz grasienta,
sus olores, cuyas vistosas formas son como flores.
Riendo y hablando, el tictac de los palillos.
Más allá del cristal, la ciudad invernal
cruje como un viejo puente de madera.
Un gran viento sopla debajo de todos nosotros.
Cuanto más grande la ventana, más tiembla.
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