Margaret Atwood. Canadá, 1939.
La historia verdadera está
entre las otras historias,
un lío de colores, como la ropa revuelta,
tirada o desparramada,
como los corazones sobre el mármol, como las sílabas
como las sobras del carnicero.
La historia verdadera es mezquina
y múltiple y falsa
después de todo. ¿Para qué
la querés? Nunca preguntes
por la historia verdadera.
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